La ecopsicología es un nuevo paradigma que explora la relación entre los seres humanos y el mundo natural. Enfatiza la ética de reciprocidad y de pertenencia que tenemos con y para la tierra. Este paradigma tiene sus raíces en el trabajo de pensadores como Carl Jung, Theodore Roszak, Mari Gomes y Arne Naess entre otros.

Uno de los conceptos clave de la ecopsicología es el inconsciente ecológico de Roszak, que enfatiza la interconexión de todos los seres vivos y la posibilidad de los humanos de vivir en armonía con el mundo natural. Esta perspectiva desafía la cosmovisión dominante de que los humanos están separados de la naturaleza y que el mundo natural existe solo para satisfacer nuestras necesidades.

Para Roszak (1995) [1], el “Inconsciente Ecológico” está en el núcleo de la psique, para que recurramos a él como a un recurso para reintegrarnos a la armonía natural. Es una fuente de información con la cual estamos conectados y que proviene de toda la red de la vida.  Los seres humanos podemos tener no solo la memoria de toda la experiencia humana acumulada a lo largo de los siglos y culturas, sino de la vivencia de todas las especies animales, vegetales y minerales que habitan la tierra.

Para profundizar en esta conexión con la trama de la vida, la ecopsicología sugiere que necesitamos explorar y expandir nuestros sentidos. Según David Abram[2], nuestra percepción del mundo no es simplemente una cuestión de recibir información sensorial, sino que es un acto de participación activa en el tejido del mundo. Al prestar atención a nuestros sentidos y al mundo que nos rodea, podemos desarrollar una comprensión más profunda y significativa de nuestro lugar en el mundo.

En esta línea, la investigación de Michael Cohen sobre los 54 sentidos es una exploración fascinante de los diferentes sentidos que influyen en nuestra experiencia del mundo y de cómo podemos expandir nuestra conciencia para acceder a ellos

“Cada sentido natural es una sensación viva y distinta, una atracción natural inherente al amor, un hilo en la red de la vida, una cadena red genéticamente arraigada que ayuda a mantener la vida del mundo en equilibrio, incluidas las personas, a través de comunicaciones universales de atracción natural, orientación y motivación” Cohen [3]

Cada sentido es una conciencia de nuestro amor por la vida y por nuestra madre tierra. En forma consciente o inconsciente, cada sentido es una actualización de la esencia del amor que Eric Fromm[4] llamó «biofilia», la atracción por todo lo que está vivo. Así nuestros 54 sentidos naturales son nuestra forma de registrar el campo unificado y estar en comunicación con nosotros mismos y con los demás, incluidos los miembros de la red de la vida.

Los 54 sentidos de Cohen son una inteligencia multisensorial, no narrativa, una sabiduría sensorial equilibrada, conformada por relaciones comunitarias en acción.  La Naturaleza trabaja cooperativamente dentro y alrededor de nosotros. Sin embargo, las narrativas de la cultura occidental nos dicen que la vida es competencia y supervivencia. Abram también explora cómo la cultura y el idioma influyen en nuestra percepción del mundo, limitando nuestra capacidad de percibirlo y comprenderlo de una manera completa y significativa.

Cohen describe una amplia variedad de sentidos que van más allá de los cinco sentidos tradicionales de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto.  Sentidos que no estén asociados a un órgano específico y si a una experiencia integral natural.   Algunos ejemplos incluyen el sentido de la percepción de la energía, el sentido del equilibrio, el sentido del tiempo y el sentido de la intuición,  el sentido de la presencia, el sentido de la humildad, el sentido del heliotropismo y el sentido de la pertenencia. Al cultivar estos sentidos, podemos desarrollar una mayor conexión con la naturaleza y una mayor conciencia ecológica.

En resumen, nuestros sentidos ampliados, son umbrales para actualizar nuestro inconsciente ecológico, esta dimensión subconsciente de nuestra relación con el mundo natural, que incluye nuestras emociones, intuiciones, respuestas instintivas ante el entorno y la sabiduría de regeneración, lo que nos permite desarrollar una mayor ecoempatía y compasión por el mundo natural, tan importante en nuestro momento civilizatorio actual.


[1] Roszak, T. (1995). The Voice of the Earth: An Exploration of Ecopsychology. Phanes Press.

[2] Abram, D. (1996). The spell of the sensuous: Perception and language in a more-than-human world. Vintage.

[3] Cohen, M. J.  2008. NATURAL SYSTEM ALIVENESS: Identify and benefit from fifty-four natural attraction senses (Webstrings) you have learned to forget to remember. From Reconnecting With Nature.

[4] Fromm, E. (1956). El arte de amar. México: Fondo de Cultura Económica.

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Marian Ríos: Charter IES para Colombia. Presidenta IES Global periodo 2023-2025. Ecopsicóloga. Psicóloga. Magister en Antropología Social. Psicoterapeuta Transpersonal Integral y Profesora de Danza Primal por la Escuela de Psicología Transpersonal Integral de Argentina - EPTI. Coach y facilitadora Integral, Sistémica y Relacional. Co-creadora del Modelo Koru de diseño y facilitación de experiencias de transformación desde paradigmas regenerativos y ecosistémicos. Coordinadora y Cocreadora del Diplomado Internacional de Facilitación Ecosistémica (DIFE), certificado en conjunto con ERES (Escuelas de Regeneración Eco-social) Coordinadora, profesora y mentora de la Formación Ecotuning Trainning - Certificación en Ecopsicología Aplicada de Koru Transformación Chile y Colombia. Co-creadora de Ecodance. Danzando nuestro ser naturaleza.